sábado, 23 de febrero de 2013

Bazét: Costas perdidas


Identificado como un individuo maleducado.
No me heché para atrás porque no quise ser un lobo domesticado.
Perdido, solo y en cada esquina me llaman bastardo,
que se va a hacer si el no quiso ser Óscar ni yo Ricardo.
La vida pasa, el polvo de este miserable planeta se acumula;
no me quede callado en clase ni me deje ver la cara de mula.
El mundo es un campo con campo de trigo pero con mucha paja.
Tantos corazones rotos con los cuales unirse pero el mio con ninguno encaja.
No nos merecemos la vida pero vivimos, reímos,
lo sentimos debajo del corazón y de algo huimos.
Incontables cicatrices, desapercibidas heridas,
Solo queda reflexionar estas costas perdidas.
Dicen que un puño es igual a un corazón
y si no lo tengo al menos tengo uso de la razón.
Mi cura y dormitorio una casa en fuego;
ya llegaron el borracho y el drogadicto a poner tu vida en blanco y negro.
Nervioso, triste y pobre reflejado en esta taza de café,
solo tengo la conciencia tranquila conciencia de que a la luz yo no la maté.
Que pena que el mundo siga siendo una torre de babel
y mas detestable aun que para el amor solo ha existido en el papel

Puedo estar tan mal, sentirme como el peor, pero la tengo la conciencia tranquila.

jueves, 14 de febrero de 2013

Bazét: Aquí huele a suicidio

Como una criatura con la esperanza de ver la luz se suman los días y se nublen entre una cortina que eternamente desafía el sórdido horizonte. ¿Donde estarán mis ganas, donde? no las esperaré en el próximo capitulo. Una película muda y un "Aquí huele a suicidio" como único subtitulo.

Te veo en el vez y me doy cuenta cuanto hemos crecido. Si tu felicidad depende de mierda, prefiero estar atado a la luz asesina que es real. Dejo el autobús y me pongo a caminar en la avenida donde reflexiono sobre la vida. Veo el atardecer sangrando en el horizonte y  no se a donde correr.

domingo, 3 de febrero de 2013

Bazét: Ceniza para sentir el efecto.


Sin musa a quien dedicar mis poemas, bebiendo alcohol pero no me queda. Siguiendo la ruta del obstinado diario abandonado llego a una costa perdida. Mi huida es a un lugar que se pero no quiero recordar. Mi alegría es arcaísmo errante decidiendo en donde se va a emborrachar. Nada pierdo si me quedo aquí, sin embargo más gano si recorro las calles con el espíritu de ayer.

El vacío solo se llena con un poco de aire, no hay sentimiento ni sensación que pueda tapar esta catástrofe asimétrica. Observo un jardín tras la ventana del odio; hoy queda clorofila quizás mañana humo y cenizas. Nadie elige ser quién es, pero muchos creen que son perfectos. Mi veneno me ahoga pero a la vez me lleva a la superficie; dijeron "esto te destruirá" pero se convirtieron en tatuajes mis cicatrices.