Me levanto cada mañana con una garganta seca. Ya son las
10 y algo de la mañana y aun
quiero dormir, pero algo me pone de pie. Me paro
sin muchas ganas y mi mirada se fija en la nada. No se porque estoy de pie si a
veces me siento como árbol agonizando luego de ser golpeado por un rayo
recordando las caricias del viento. Hace muchas lunas tuve una psicosis la cual
en mis auriculares sonaba Delirium Cordia de Fantômas. ¿Esta es la depresión
del escritor? Escribir bajo el estado más melancólico para describir lo más
bello; es una cadena perpetua de soledad. Hay noches en las que agarra la peor
depresión se te ralentiza el tiempo, empiezas a sentir una sensación extraña
abajo del corazón, la respiración se inhala profunda y se exhala brevemente.
“Hay
noches en las que quiero romper todo.
Otras
en las que quiero suicidarme.
En
todas quiero estar contigo.
De
igual forma dudo que tu corazón puedas darme,
Y
ni lo harías si fuera de otro modo”
Últimamente he empezado a
pensar frecuentemente en el suicidio. Me creo patético, un inútil que cuando se
le da una oportunidad se queda quieto. Lo que realmente te parte el corazón es
cuando dejas de creer y empiezas a aceptar que estas destinado a vivir como un
desalmado (si el corazón fuera un país, yo moriría como una persona apátrida)
porque el amor empieza a ser como una droga: te hace daño pero quieres más. Hay
muros que no se pueden romper y por eso cada noche es como un ritual. Este
mundo es una mierda e igual no me voy a suicidar, no voy a caer en el sucio
juego de una sociedad de pan y circo.
“Las bocas del tiempo están masticando éter.
El
mundo es un desierto y yo sin encontrar reflexión
Me
doy por vencido sin terminar otra canción
Escribiendo
bajo el umbral, en la avenida de la perdición
Saltando
riscos en las calles donde quería verte”
No me conozco soy un
extraño. Me escribes te amo en un mensaje, pero reacciono sin darle
importancia. Las cicatrices del ayer hoy me hicieron muy indiferente, sin
embargo dejaron una marca la cuál hoy hace esta prisión. Desde que me quede
atrapado en esta tela de araña alucino voces, voces que te recorren por tus
venas como el filo de una navaja oxidada que me gritan por mi apodo.
“A veces llego a pensar que soy un fraude
Escribiendo
poesía sin tener a quien dedicarla
Congelado
por las esperanzas que nunca llegaron
No
importa que hora sea siempre será demasiado tarde
Para
la ruta de este tren poder pausarla”
Nunca he tenido novia,
nunca he besado, me da vergüenza decir esto porque me siento como inmaduro al
no poder superar ese pensamiento. La primera vez que me rompieron el corazón
dije “Al menos estoy vivo” luego creo que la historia después de eso la sabemos
tu y yo. Te dicen que solo quieren ser tu amigo, que la te tendrá será una
afortunada, idioteces que al recordarlo me dan ganas de tomar un fusil de
disparar a lo primero que vea. Una vez di una carta a alguien por quien yo
sentía algo y fue recibida con mal agrado. Muchos dirán que es la vida de un
adolescente, pero yo soy uno de las que la pasan jodido. Escribí otras cartas
antes de eso entre ellas una en la cuál no firme; fue una carta anónima la cual
yo la encubrí por medio de un buen amigo que llego a infiltrarla a la chica que
yo quería. Desgraciadamente ella supo que yo se la escribí y en ese momento
empecé a verlo todo raro, deje de hablarle y le comencé a hablar ya luego de un
largo rato.
“Los
atajos a veces resultan ser emboscadas.
El
camino es difícil y largo.
Hay
que ser como árbol en plena tormenta
por
las pocas veces de las que de este agujero salgo
para
luego poder escribir tras las barricadas”
Empiezan a decir que están
orgullosos de ti cuando luego te llaman tonto o estúpido por la manera en la
que piensas. Empiezan a elogiarte para sacar el tema del día. Insisten que
estas loco que lo que dices será pasajero. Cuando recién entraba mi
adolescencia no demostraba mi odio, lo contenía para que luego se convirtiese
en una bomba de tiempo. Creen que soy idiota; lo que no saben es que soy muy
astuto y me entran unas ganas deseables de poder irme de aquí de la forma más
descarada que existe. Contengo mucho odio dirán. Me odio más a mi persona y los
que intenten odiarme más no serán mas
que un chiste. De tanta falsedad me convertiría en un pirómano porque siempre
fui como el niño del que Santa Claus se olvidó.
“Me
llaman idiota por ser como soy.
Vivo
como rebelde negro en este maldito cuento.
Necesitan
una dosis de realidad
El
día que griten ’viva la revolución’ ni aun así con ellos estaré contento.
Picharé
su burbuja mañana y resistiré hoy”
Pienso frecuentemente en
la muerte. Siempre que voy en el auto imagino que pasaría su alguien nos
chocara, si algo explotara, cosas así. No quiero suicidarme porque quiero vivir
y ver esos lejanos horizontes que se esconden detrás de esos otros lejanos
horizontes. En mis depresiones me dan ganas de llorar de desahogarme, pero no
puedo llorar. Poco antes cuando me rompían el corazón mostraba un odio como
defensa ante el dolo que tenía. Fue un suceso terrible, maté parte de mi ser
porque es así como cuando te dan la llave de tu prisión y tu la rompes.
“Malos
días en donde las nubes te acorralan.
Salto,
corro hablo como si disparase balas.
No
existe planeta, vivimos un panóptico.
Leo
mi libro de biología imaginando sucesos exóticos.
Te
miras al espejo y ni sabes quien eres.
Tu
ira se descarga como si en el cuerpo te recorriesen amperes
Por
todos lo amaneceres que debí suicidarme,
pero
miraba las estrellas que quedaban y supe que debía escaparme.
Soy
triste mas no idiota.
Soy
una bomba sin contador que en cualquier momento explota
Sentimientos
en partículas porque muchas veces fue roto.
Las
drogas dan alas pero el dolor te da ojos”
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