jueves, 27 de diciembre de 2012

Bazét: Hace dos años que no veo el mar



     Me levanto cada mañana con una garganta seca. Ya son las 10 y algo de la mañana y aun 
quiero dormir, pero algo me pone de pie. Me paro sin muchas ganas y mi mirada se fija en la nada. No se porque estoy de pie si a veces me siento como árbol agonizando luego de ser golpeado por un rayo recordando las caricias del viento. Hace muchas lunas tuve una psicosis la cual en mis auriculares sonaba Delirium Cordia de Fantômas. ¿Esta es la depresión del escritor? Escribir bajo el estado más melancólico para describir lo más bello; es una cadena perpetua de soledad. Hay noches en las que agarra la peor depresión se te ralentiza el tiempo, empiezas a sentir una sensación extraña abajo del corazón, la respiración se inhala profunda y se exhala brevemente.

“Hay noches en las que quiero romper todo.
Otras en las que quiero suicidarme.
En todas quiero estar contigo.
De igual forma dudo que tu corazón puedas darme,
Y ni lo harías si fuera de otro modo”

     Últimamente he empezado a pensar frecuentemente en el suicidio. Me creo patético, un inútil que cuando se le da una oportunidad se queda quieto. Lo que realmente te parte el corazón es cuando dejas de creer y empiezas a aceptar que estas destinado a vivir como un desalmado (si el corazón fuera un país, yo moriría como una persona apátrida) porque el amor empieza a ser como una droga: te hace daño pero quieres más. Hay muros que no se pueden romper y por eso cada noche es como un ritual. Este mundo es una mierda e igual no me voy a suicidar, no voy a caer en el sucio juego de una sociedad de pan y circo.

Las bocas del tiempo están masticando éter.
El mundo es un desierto y yo sin encontrar reflexión
Me doy por vencido sin terminar otra canción
Escribiendo bajo el umbral, en la avenida de la perdición
Saltando riscos en las calles donde quería verte”

     No me conozco soy un extraño. Me escribes te amo en un mensaje, pero reacciono sin darle importancia. Las cicatrices del ayer hoy me hicieron muy indiferente, sin embargo dejaron una marca la cuál hoy hace esta prisión. Desde que me quede atrapado en esta tela de araña alucino voces, voces que te recorren por tus venas como el filo de una navaja oxidada que me gritan por mi apodo.

A veces llego a pensar que soy un fraude
Escribiendo poesía sin tener a quien dedicarla
Congelado por las esperanzas que nunca llegaron
No importa que hora sea siempre será demasiado tarde
Para la ruta de este tren poder pausarla”

     Nunca he tenido novia, nunca he besado, me da vergüenza decir esto porque me siento como inmaduro al no poder superar ese pensamiento. La primera vez que me rompieron el corazón dije “Al menos estoy vivo” luego creo que la historia después de eso la sabemos tu y yo. Te dicen que solo quieren ser tu amigo, que la te tendrá será una afortunada, idioteces que al recordarlo me dan ganas de tomar un fusil de disparar a lo primero que vea. Una vez di una carta a alguien por quien yo sentía algo y fue recibida con mal agrado. Muchos dirán que es la vida de un adolescente, pero yo soy uno de las que la pasan jodido. Escribí otras cartas antes de eso entre ellas una en la cuál no firme; fue una carta anónima la cual yo la encubrí por medio de un buen amigo que llego a infiltrarla a la chica que yo quería. Desgraciadamente ella supo que yo se la escribí y en ese momento empecé a verlo todo raro, deje de hablarle y le comencé a hablar ya luego de un largo rato.

“Los atajos a veces resultan ser emboscadas.
El camino es difícil y largo.
Hay que ser como árbol en plena tormenta
por las pocas veces de las que de este agujero salgo
para luego poder escribir tras las barricadas”

     Empiezan a decir que están orgullosos de ti cuando luego te llaman tonto o estúpido por la manera en la que piensas. Empiezan a elogiarte para sacar el tema del día. Insisten que estas loco que lo que dices será pasajero. Cuando recién entraba mi adolescencia no demostraba mi odio, lo contenía para que luego se convirtiese en una bomba de tiempo. Creen que soy idiota; lo que no saben es que soy muy astuto y me entran unas ganas deseables de poder irme de aquí de la forma más descarada que existe. Contengo mucho odio dirán. Me odio más a mi persona y los que intenten odiarme  más no serán mas que un chiste. De tanta falsedad me convertiría en un pirómano porque siempre fui como el niño del que Santa Claus se olvidó.

“Me llaman idiota por ser como soy.
Vivo como rebelde negro en este maldito cuento.
Necesitan una dosis de realidad
El día que griten ’viva la revolución’ ni aun así con ellos estaré contento.
Picharé su burbuja mañana y resistiré hoy”

     Pienso frecuentemente en la muerte. Siempre que voy en el auto imagino que pasaría su alguien nos chocara, si algo explotara, cosas así. No quiero suicidarme porque quiero vivir y ver esos lejanos horizontes que se esconden detrás de esos otros lejanos horizontes. En mis depresiones me dan ganas de llorar de desahogarme, pero no puedo llorar. Poco antes cuando me rompían el corazón mostraba un odio como defensa ante el dolo que tenía. Fue un suceso terrible, maté parte de mi ser porque es así como cuando te dan la llave de tu prisión y tu la rompes.

“Malos días en donde las nubes te acorralan.
Salto, corro hablo como si disparase balas.
No existe planeta, vivimos un panóptico.
Leo mi libro de biología imaginando sucesos exóticos.
Te miras al espejo y ni sabes quien eres.
Tu ira se descarga como si en el cuerpo te recorriesen amperes
Por todos lo amaneceres que debí suicidarme,
pero miraba las estrellas que quedaban y supe que debía escaparme.
Soy triste mas no idiota.
Soy una bomba sin contador que en cualquier momento explota
Sentimientos en partículas porque muchas veces fue roto.
Las drogas dan alas pero el dolor te da ojos”

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