jueves, 3 de enero de 2013

Bazét: Post-Rock & Comunismo

     Mientras nuestro mundo colapsa mi matriz se reconstruye. Pides mucho para una criatura atormentada. Vivo como hielo puesto en pleno fuego. Diría que me besaras porque ya nada vale la pena y si no hago algo pronto recorrerá algo entre mis venas. La única dueña de mi destino es la rosa de los vientos. La vida pasa, mascotas mueren y mi jardín es una sequía donde la flor de mi vida se marchita. El punto no es saber donde inventar sino saber crear esta porquería. El sol le ha devuelto el color a estos días, la escalera se oxida, una mandarina se pudre y las nubes tan errantes y tan frías.

     Se vino así todo. De la siguiente manera: Estos vientos que se clavan en mi pecho como una navaja que nunca termina de atravesarme. Las olas que se llevan todos los malos recuerdos del pasado. El sol que nos da vida para seguir adelante. Este sudor, el sudor de los hombres, de las almas valientes sin nombre que caen en este cemento redentor. No se exactamente que fue de mí, o al menos lo que era. Ya no soy aquel, ni soy ese. Nunca fui quien soy, ni me conozco, pero tengo un propósito y recuerdo la esencia de vivir cuando veo un póster del Camarada Stalin.

     La negligencia del pasado, es el oxígeno de estos grises días bombeando color a la vida que yo no elegí pero me toco. Llevo mucho tiempo sin escribir con lapicero negro. Escasean en estos tiempos también así como las ganas de ir a comprar otro en la librería. De momento escribo con tinta ropa, para recordar quién soy.

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